Cuando una ya es madre 5 años, luego ya no sabe ser "sin serlo", a mi por lo menos me pasa, ya no me acuerdo que hacía cuando no tenía hijos, a sí que me paso la tarde dando tumbos como un zombi del sofá a la nevera y viceversa...Pero ¿sabéis que os digo? ¡YA ESTÁ BIEN! hoy me he revelado, me he levantado del sofá y la he liado parda.
He desmontado una mesa y me he propuesto pintarla, una vez desmontada he pensado que la pintaba con pintura de pizarra, ya que es más espesa y me ahorro poner la imprimación, pero claro no encontraba en las tiendas de pintura cercanas. Bendito Internet que todo lo sabe, receta casera para pintura de pizarra y listo!
Ponemos en un bote la pintura, añadimos una cucharada sopera de yeso y un pelín de agua tibia. Batimos con un tenedor, o varillas de esas de cocina, rápido para que no queden grumos. La textura tiene que ser más o menos como la de una mayonesa o salsa de yogur.
Sólo nos queda pintar. Las cualidades de ésta pintura son que es más espesa que una pintura normal, seca super rápido y ¡SE PUEDE PINTAR CON TIZA SOBRE ELLA!
Cómo yo no me fío mucho de mi misma he pintado una caja de fruta para probar mi mezcla, y me ha encantado el resultado, así que ya tengo mi mesita también pintada y secando para darle mañana la cera, Ya os enseñaré el resultado.
Y esto no es más que el principio, porque me he propuesto remodelar todo el salón, ya iréis viendo el antes y el después. Todo sea por terminar el verano sin parecer una orca de tanto viaje a la nevera.
Filosofia Merybunda: sobrevivir a la ausencia de mañacos por casa y al silencio absoluto que nos invade.
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