viernes, 19 de enero de 2018

El cafetico de los viernes!

EL CAFETICO DE LOS VIERNES



Las cosas han cambiado tanto por aquí desde que no nos leemos, he crecido (más bien a lo ancho), he "inmadurado" un poco más, he jugado, leído, cantado y corrido destortoladamente por alguna cuesta abajo...Incluso he cambiado mis colacaos por un exquisito té.

Empezando ese humeante té e hincando el diente a una deliciosa tostada con su tomate, su aceite y su pizca de sal, vengo a contaros que ¡LO CONSEGUÍ! he sobrevivido al 2017, y he salido, además, ilesa. "Semejante tontería" pensaréis vosotros, pues ¡NO! cada día hay que celebrarlo como la mejor de las victorias, porque poder vivir un día más, con sus quejas, sus quebraderos de cabeza, sus prisas y todo, es el mejor regalo.

Otra cosa os digo, el 2018 se presenta intenso, y estoy deseando afrontarlo, eso sí le he pedido calma, que tienen estos años mucha prisa siempre. Y volver a vivirlo con el mismo despropósito que los anteriores.

Ya con la mitad del desayuno ventilado y pensando en que me debería comer un algo de chocolate, que los viernes las calorías no cuentan, porque la adrenalina de la euforia las elimina, os digo que últimamente mi paciencia es reducida, sobre todo con los nenes, y eso me lleva con dolor de cabeza, porque quiero seguir molando, así que voy a darle duro este fin de semana a la búsqueda de información sobre como recuperarla, si encuentro algo interesante y efectivo os lo cuento.

Y hablando de fines de semana, ¡SON LAS FIESTAS DE ALBATANA!, lo siento hígado pero te voy a dar guerra, ahora soy estudiante y es lo que nos toca.

Bueno y corto el rollo que ya ni migajas quedan de lo que fue mi desayuno...Besicos y abrazos apretaos hermosos míos. Nos leemos otro día.

¡BUEN FIN DE SEMANA!

viernes, 5 de enero de 2018

Cronica de una madre estudante

CRÓNICA DE UNA MADRE ESTUDIANTE
CAPÍTULO I



Hace un tiempo que quería contar esto por aquí, poner en letras lo que estoy viviendo, lo que siento, las inquietudes, los agobios...En resumen lo que le hace sentir a una madre de este siglo, con dos niños relativamente pequeños, introducirse en el mundo de los institutos de nuevo, empezar a estudiar.
Haré, o lo intentaré, una entrega de un capítulo al mes en el que iré resumiendo lo que le va pasando a mi cuerpo, a mi vida y a mi entorno con esta regresión al mundo estudiantil.

Empiezo mi relato diciéndoos que aterrizar en una clase en la que la edad media es de 20 años no fue fácil, mi integración se complicó cuando confesé que tenía dos hijos, catapultándome al puesto de la menos molona, suerte que pronto descubrieron mis compañeros que mi estado no era contagioso y se suavizó la relación.

El ciclo que he elegido, Marketing y publicidad, no está en modo semi presencial, por lo que me obligan a asistir a clase cada tarde 7 horas, con un máximo de un 15% de faltas permitidas durante todo el curso. Cuando me dieron esta noticia pensé abandonar, ¡madre mía! ¿de donde iba a sacar yo tiempo para 7 horas de clase cada tarde? pero a lo hecho pecho...

Suerte que el macho alfa es el mejor y modifica todos sus horarios, y corre como si no hubiera un mañana cada día para que yo pueda ir a clase, y me aguanta mis rollos cada noche y me toma lección si hace falta.

Mis ritmos han cambiado, les he subido una marcha, y mi tiempo con los "miniyo" han disminuido, y esto es lo que peor llevo, pero me está aportando un montón de cosas: superación, fuerza de voluntad, sacrificio y ejemplo para ellos. Además de servirme para analizar en profundidad el caracter y comportamiento de los adolescentes de hoy en día, aprendizaje que pondré en práctica cuando mis minis se vayan acercando a esa etapa.

En este primer trimestre los resultados han sido muy buenos, los compañeros de clase muy majos y comprometidos con mi causa, no se quejan si algún "profe" en alguna circunstancia me levanta un poco la mano en cuanto a asistencia u horarios, y además me han terminado aceptando e integrando como una veinteañera más, que para los que me conozcáis un poco ya sabréis que veinte son muchos para mi edad mental, pero allí soy la mayor, ojo...

Un punto negativo es que desde que estudio vuelvo a tener resaca, se ve que mi organismo anda desconcertado.

En fin ya iré extendiendo mis vivencias a ver si todas esas madres que dudan o no se ven capaces se animan a retomar estudios, que de verdad no está tan mal el plan.


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