Entre tanto cupcake, galletas de colores y fondant, las torrijas lo tienen muy difícil en los buscadores de Internet o en las confiterías y cafés. Pero a mí me tienen ganada. Donde esté una buena torrija, un rollico de anís o un buen bizcocho casero que se quite tanta modernura.
Hoy no seré yo quien elabore la receta, ni Jorge quien bata los huevos, ni siquiera María la que se encargue de espolvorear todo tipo de ingredientes por toda la cocina...No, hoy nuestras torrijas vienen de la mano de la mejor chef del mundo, ¡¡¡mi madre!!!. Como supongo que para cada una de vosotras, las mejores comidas serán las de vuestras mamás, para mí las de madre no tienen comparación, todavía no le he probado nada malo, hasta su hervido me encanta...Y me pregunto yo, ¿algún día conseguiré ser una gran cheff para mis hijos? al paso que voy me conformaré con ser la mejor compradora de pollo de todas las madres ;).
No me enrollo más...
INGREDIENTES:
- Pan duro
- Leche
- Aceite de oliva
- Huevo
- Canela
Ponemos el pan a remojo en leche, la señora madre lo puso a medio día para hacerlas a media tarde...
Antes de pasar por el huevo se escurren bien de leche, después por el huevo y se fríen en el aceite previamente calentado...
Espolvoreamos con canela y mmmmmmmmmmm apetitosas torrijas derechitas al michelín. Muchas gracias a todas esas madres cargadas de sabiduría culinaria para agrandar panzas y culos.
Ahora bien os diré que eso de: - Se me ha quedado pan duro en el cajón, por no tirarlo hago unas torrijas...Gran error, si sumamos los huevos, la leche el aceite y la canela, sale más rentable tirar los 40 céntimos que vale el pan.
Filosofía Merybunda: disfrutar de una tarde de lluvia comiendo hasta hartar torrijas de madre y ser tú por un día la mimada en vez de los peques...¿No es mal plan no?
Y vosotras, ¿qué receta de vuestra madre elegiríais por encima de todas?
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