Cuenta la leyenda que en mitad del bosque vivía una bruja con los dientes de hierro, que tenía por costumbre comer niños, y con sus huesos se hacía la valla de fuera de su casa.
Tres hermanos valientes, se saltaron las advertencias de su mamá y se adentraron a la aventura por el bosque. Ya entrada la noche no sabían volver, a sí que el pequeño de los hermanos, encaramado en un árbol divisó una casa.
Al cabo de un rato la anciana preguntó:
-¿Hay alguien despierto?
El niño, con la intención de ganar algo de tiempo, dijo:
- Mi mamá me da, siempre, antes de dormir, un huevo frito
Y alguna que otra petición más, hasta que consiguió que la bruja saliera al pozo, momento en el que aprovecharon para escapar, no sin antes coger algunos objetos mágicos.
En su huida por el bosque el hermano pequeño fue arrojando los objetos, con el jabón provocó una gran cantidad de espuma, retrasando a la bruja con un terrible escozor de ojos.
Con el peine, creció una densa hilera de árboles, pero los devoró con sus dientes de hierro.
Y por último, con el cuchillo, el suelo quedó dividido con una enorme grieta que separaba el pueblo del bosque.
La bruja se volvió a su casa rechinando los dientes, y allí se quedó para siempre.
Colorin...colorado...éste cuento se ha acabado y muertos de miedo nos ha dejado...
¿Qué os ha parecido? ¿os atrevéis con ésta terrorífica historia en mitad de vuestra fiesta de Halloween? A mí me gusta mucho y las ilustraciones ayudan a que nos tapemos con la manta del sofá hasta por lo menos el bigote...
Filosofía Merybunda: Descubrir a cada momento cosas nuevas con ellos, como por ejemplo, que la hermana pequeña le de la mano a su hermano mientras leemos cuentos de miedo para que no se asuste. O que Jorge lucha cada día por ser un pelín más valiente....