CRÓNICA DE UNA MADRE ESTUDIANTE
CAPÍTULO I
Hace un tiempo que quería contar esto por aquí, poner en letras lo que estoy viviendo, lo que siento, las inquietudes, los agobios...En resumen lo que le hace sentir a una madre de este siglo, con dos niños relativamente pequeños, introducirse en el mundo de los institutos de nuevo, empezar a estudiar.
Haré, o lo intentaré, una entrega de un capítulo al mes en el que iré resumiendo lo que le va pasando a mi cuerpo, a mi vida y a mi entorno con esta regresión al mundo estudiantil.
Empiezo mi relato diciéndoos que aterrizar en una clase en la que la edad media es de 20 años no fue fácil, mi integración se complicó cuando confesé que tenía dos hijos, catapultándome al puesto de la menos molona, suerte que pronto descubrieron mis compañeros que mi estado no era contagioso y se suavizó la relación.
El ciclo que he elegido, Marketing y publicidad, no está en modo semi presencial, por lo que me obligan a asistir a clase cada tarde 7 horas, con un máximo de un 15% de faltas permitidas durante todo el curso. Cuando me dieron esta noticia pensé abandonar, ¡madre mía! ¿de donde iba a sacar yo tiempo para 7 horas de clase cada tarde? pero a lo hecho pecho...
Suerte que el macho alfa es el mejor y modifica todos sus horarios, y corre como si no hubiera un mañana cada día para que yo pueda ir a clase, y me aguanta mis rollos cada noche y me toma lección si hace falta.
Mis ritmos han cambiado, les he subido una marcha, y mi tiempo con los "miniyo" han disminuido, y esto es lo que peor llevo, pero me está aportando un montón de cosas: superación, fuerza de voluntad, sacrificio y ejemplo para ellos. Además de servirme para analizar en profundidad el caracter y comportamiento de los adolescentes de hoy en día, aprendizaje que pondré en práctica cuando mis minis se vayan acercando a esa etapa.
En este primer trimestre los resultados han sido muy buenos, los compañeros de clase muy majos y comprometidos con mi causa, no se quejan si algún "profe" en alguna circunstancia me levanta un poco la mano en cuanto a asistencia u horarios, y además me han terminado aceptando e integrando como una veinteañera más, que para los que me conozcáis un poco ya sabréis que veinte son muchos para mi edad mental, pero allí soy la mayor, ojo...
Un punto negativo es que desde que estudio vuelvo a tener resaca, se ve que mi organismo anda desconcertado.
En fin ya iré extendiendo mis vivencias a ver si todas esas madres que dudan o no se ven capaces se animan a retomar estudios, que de verdad no está tan mal el plan.
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