¡Buenos días de viernes!
Hoy si me lo permitís voy a dedicar éste nuestro café a mi hermana Eva, porque cambia de decena, porque hoy cumple 40, y por si no os lo había dicho, cumplir 40 mola...
Empezando nuestra taza de café os voy a contar lo que supone para mí tenerla siempre cerca, saber que está a medio portal de casa me hace estar tranquila.
Ella siempre se queja de que sólo le decimos lo organizada que es y la gran capacidad de coordinación que tiene, y lo que no sabe es que en el fondo lo que queremos decir es que sin ella ésto se viene abajo.
A media taza y disfrutándola a pequeños sorbos, os contaré, como secreto, que ha sido en numerosas ocasiones mi referente, mi ejemplo y que envidio su constancia y sus fuerzas para luchar por lo que quiere, para nadar contracorriente si hace falta para llegar a donde tiene pensado.
Ella me introdujo en el mundo laboral, me cogió de la mano y me enseñó a andar por las ETT, a redactar un curriculum, a tener constancia y a echarle morro a una entrevista de trabajo...Gracias hermana por ello y por mil cosas más que he aprendido de ti, como por ejemplo a poner la mesa bonita cuando vienen invitados...Y por otras muchas en las que sigo trabajando, como a tener una rutina de orden...
Por no hablar de su inmensa generosidad, capaz de aparcar en un rincón sus ganas para echar una mano a quien le haga falta.
Ya llegando al final de el café de mitad de mañana, sólo me queda deciros la suerte que tengo de que sea mi hermana, de disfrutar de ella cada día, de poder contarle todo y saber que aportará la luz que muchas veces necesita el oscuro callejón por el que a menudo paseo.
Y ahora sí con el ultimo sorbo, te digo a tí, Evi, que te quiero infinito, que gracias por estar, por ser... La hermana perfecta, la cuñada de oro y la tía prefe...
FELICES 40...Y 50...Y 60...y 109!!!
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