Y LLEGÓ EL DÍA...
Bueno capitán, mi capitán calzones, mi pillo de pecas y dientes de ratón. Ocho, ocho añazos, me da vértigo pensar en cuanto has corrido al crecer, en lo rápido que se está pasando todo, pero lo estoy, lo estamos, disfrutando tantísimo que no me importa tanto como te hago creer.
Quiero que sepas, que me encanta en lo que te vas convirtiendo, que a pesar de esos arranques tuyos y de tus malos humos repentino, eres más bueno que el pan. Estoy más que convencida que llegarás a ser, ante todo, una muy buena persona.
Por mi parte lucharé contra dragones, si hace falta, para que no te falten sueños, para que tus razones nunca flaqueen y para que te sigan sobrando motivos por los que construir castillos.
Me comprometo también a seguir despertándote con bailes y risas, y a no dejar que te duermas sin un motivo por el que soñar.
Crece pequeño, crece y lucha siempre por lo que creas que debes hacerlo, quiérete y quiérenos mucho a todos, porque no te quepa duda que nosotros te queremos hasta la luna.